El mundo de los smartphones y tablets era prácticamente desconocido hasta hace apenas un par de años.
Sin embargo, el negocio de las aplicaciones para dispositivos móviles ha crecido como la espuma en estos dos años y sigue haciéndolo.
Es un mercado todavía poco explorado, y sobre todo, tremendamente justo. Cualquiera que tenga una buena idea puede desarrollar su aplicación y venderla hasta hacerse de oro, sin la necesidad de un gran equipo detrás.
El mundo de los smartphones y tablets era prácticamente desconocido hasta hace apenas un par de años. Los esfuerzos de marcas como HTC, Samsung y por supuesto, Apple, por introducir mejoras en los dispositivos móviles, llevándolos a un nuevo nivel y convirtiéndolos en algo casi indispensable para nuestra vida han dado sus frutos ante el aluvión de ventas de este tipo de terminales.
Una de las grandes bazas de estos dispositivos es que con ellos se puede hacer de todo, gracias a la gran cantidad de aplicaciones que encontramos en las llamadas tiendas virtuales. Hay aplicaciones para todos los gustos y bolsillos, algunas muy útiles para nuestro trabajo o vida social, otras que son puros divertimentos, y otras realmente surrealistas, de esas que te da por pensar en el público al que van dirigidas.
El caso es que el negocio de las aplicaciones para dispositivos móviles está creciendo como la espuma en estos dos años, y es un mercado todavía poco explorado, y sobre todo, tremendamente justo. Cualquiera que tenga una buena idea puede desarrollar su aplicación y venderla hasta hacerse de oro, sin la necesidad de un gran equipo detrás.
Eso sí, es “indispensable” el saber desarrollar este tipo de aplicaciones para los diferentes sistemas operativos móviles. Hay varias empresas que llevan años en esto, y otras que se crean de la noche a la mañana, entre amigos desarrolladores, utilizando incluso la renta de oficina virtual al estar los miembros del equipo en distintas ciudades o países.
Lo que sí es cierto es que el trabajo como desarrollador de aplicaciones está bastante cotizado, es un mercado al alza, algo casi imposible de encontrar en una época de crisis como la actual. Es por eso que muchos informáticos y personas de toda índole interesadas en este tipo de aplicaciones realizan cursos homologados o incluso estudian grados universitarios para aprender a desarrollar sus propias aplicaciones móviles, un mercado donde el trabajo no falta si tienes buenas ideas.
